Durante septiembre, las flores maduran y exudan aromática y maléfica resina.
A finales de octubre o principios de noviembre, utilizaremos un cuchillo de sierra para sacrificar la planta de la que extraeremos sus mejores frutos, a los que dejaremos secar y curar en un lugar oscuro durante un mínimo de dos meses, hasta que el microrrelato esté listo para ser aspirado.
Estoy muy de acuerdo con lo que dices en tu micro. En mi caso incluso los dejo más tiempo, quizás por exceso de torpeza. Se nota mucho, sobre todo en la red, que los micros no están trabajados, y por otro lado hace suponer que los microrrelatos son fáciles de hacer. Un saludo, Fernando.
ResponderEliminarA mí me pasa como a Ximens, el manual me parece que debería de ser de obligado cumplimiento.
ResponderEliminarUn abrazo, Fernando. Me gusta volver a leerte.
El tiempo es la prueba del algodón para cualquier obra artística. Lo mejor es repasar el micro cuando has olvidado incluso que lo has escrito. Y hacerlo con las tijeras de podar y las gafas protectoras de chispas.
ResponderEliminarUn saludo.
Tú y yo, Fernando, tendríamos que quedar para leer unos cuantos de esos microrrelatos.
ResponderEliminar¿Leerlos o aspirarlos?
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