miércoles, 29 de mayo de 2013

Microrretratos: Cristóbal Montoro.


Cualquiera que haya visto una peli de pandillas sabe que siempre está el grandote que reparte las hostias y el psicópata enclenque que le impulsa a actuar. Cualquiera que haya visto a Cristóbal Montoro sabe que no es el grandote que reparte las hostias.
En las peleas de pandillas de mi barrio, Montoro sería el típico que permanece en retaguardia, provocando y agitando los puños en el aire, presto a poner la zancadilla, apuñalar por la espalda o chivarse del contrincante que escapa por el callejón. Pero Montoro no vive en mi barrio; su pandilla se llama Partido Popular y ejerce el gobierno.



Así que Montoro profesa su chulería barriobajera desde primera línea, insultando y mintiendo a destajo, riéndose como una hiena y despreciando al resto de pandillas no alineadas con el Partido Popular. Y lo hace bien alto en la tribuna o frente a las cámaras. No necesita que ninguno de sus secuaces le sirva de parapeto: cuenta con escoltas, guardaespaldas, servicios secretos, policía, guardia civil y hasta ejércitos.
Ahora que también es lo que dicen el Johny, el Chivas y el Palenque mientras comparten un litro y finiquitan el último porro: que la vida da muchas vueltas, y que tan pronto es uno el rey del mambo como bracea desesperadamente en el lodo; que algún día cambiarán las tornas, Montoro, y llevas todos los números para recibir una galleta.

4 comentarios:

  1. Cuánta razón tienen esos colegas de botellón, y es así, porque se demuestra que quien mas habla es el que más tiene que callar. No me sorprendería que dentro de unos años, Montoro tuviese algún pufo fiscal de los que ahora acusa a otros.

    Malditos políticos.

    Abrazos.

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  2. El Johny, el Chivas, el Palenque y yo nos sumamos a tus deseos, Ximens.

    Un saludo.

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