viernes, 14 de junio de 2013

Empleo.

Mínimo en tus brazos
Ajeno a tus deseos
Dueño de tu desdén

Me dedico a narrar


Días que no suceden.

2 comentarios:

  1. Que sublime consuelo, desde hoy, ser dueña de su desdén.

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  2. No sé yo hasta qué punto consuela ser dueño del desdén de nadie, Yunuén, pero gracias.

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